PARO DE BUSES DEJA PERDIDAS MILLONARIAS

Paro de buses y microbuses por amenazas de pandilleros

Según los empresarios de buses los delincuentes (pandilleros) los han amenazado con matarles empleados y quemarles unidades.

SAN SALVADOR. Decenas de ruta de buses han dejado de trabajar este día debido a las amenazas de delincuentes que se dedican a extorsionar y matar a empleados del sector.

Según Catalino Miranda, presidente de Federación de Empresarios Transportistas Salvadoreños (Fecoatrans), el 90 por ciento de las rutas de su federación se encuentran en paro.

“La delincuencia está insoportable, nos han matado a más de 100 empleados y además nos quemaron un microbús de la ruta 29 en Ilopango”, dijo Miranda, mientras recorría esta mañana la terminal de buses de occidente.

Según Miranda esta mañana les quemaron otro microbús de la ruta 17 en Panchimalco, sin embargo la misma PNC ha dementido que esto haya ocurrido.

El paro al transporte ha afectado especialmente a la zona central y occidental así como al área metropolitana.

El paro de autobuses llevado a cabo desde hace tres días en El Salvador bajo amenazas de las pandillas para exigir un diálogo al gobierno, provocó pérdidas estimadas en unos 24 millones de dólares, según empresarios.

Los pandilleros de la Mara 18 y de su rival, La Mara Salvatrucha, han obligado bajo amenazas a los empresarios de transporte a detener el tránsito de autobuses y han pedido al gobierno un diálogo como condición para frenar la violencia que generan en el país.

Este jueves, el ministro de Defensa, general David Munguía, dijo a El Diario de Hoy que las acciones de los pandilleros lindan con el terrorismo y reiteró su postura de que el gobierno no debe dialogar con ellos.

"Cualquier gobierno que negocie con estos grupos criminales, que también pueden calificarse como terroristas, pagaría un costo altísimo", señaló Munguía.

Miles de salvadoreños salieron este jueves nuevamente a las calles tratando de conseguir transporte para trasladarse a su destino, en tanto otros preferían caminar ante la falta de autobuses.

No obstante, en la capital y en otras ciudades del interior, camiones del ejército, autobuses y microbuses del Estado fueron puestos a disposición de las personas, pero su número resulta insuficiente para trasladar a la población.

Por toda la ciudad, soldados y policías realizaban patrullas, y en algunos sitios vehículos artillados custodiaban las calles de entrada a las zonas residenciales, lo que rememoró la época de la guerra civil (1980-1992) en este país, cuando esas escenas eran comunes.